El gobierno planteó alzas de ingresos nominales por debajo de la inflación que esperan los privados para los sectores más comprometidos de la economía
Los insistentes pedidos de cautela que el equipo económico maneja para la elaboración del Presupuesto quinquenal y las medidas de recorte de inversiones previstas para las empresas públicas, ahora llegan a la mesa de negociación salarial de los trabajadores privados. Los lineamientos que el Consejo de Ministros presentó ayer para la próximas rondas salariales marcaron un punto de inflexión en la lógica que se habían aplicado en los últimos dos períodos de gobierno del Frente Amplio.
Atendiendo a la desaceleración que comenzó a transitar la economía uruguaya y la realidad de algunos sectores comprometidos, y con una fuerte incidencia del Ministerio de Economía, el gobierno fijó pautas de ajustes nominales que prevén aumentos salariales moderados, en una clara señal de contemplar los reclamos y advertencias de las principales gremiales empresariales del país.
Los correctivos por inflación observada se aplicarán –si son necesarios– al finalizar el segundo año de los convenios a tres años, y otro al finalizar el tercero. En tanto, para aquellos convenios a dos años –que comenzará a negociarse en 2016– se planteó instrumentar un único correctivo al finalizar el convenio en caso que la inflación observada esté por encima del aumento de salario nominal que percibió cada trabajador.
El ministro de Economía, Danilo Astori, explicó que se fijaron acuerdos a tres y dos años para que durante el próximo año electoral (2019) no deba darse la renovación de los acuerdos.
En los convenios que están vigentes hoy los correctivos por inflación se aplican generalmente cada seis meses o un año, de manera que el trabajador no vea deteriorado su nivel de ingreso real por un período mayor cuando la inflación supera el centro del rango meta (5%).
Con las cartas sobre la mesa, el Ejecutivo parece encaminarse a dar un claro mensaje donde los mayores aumentos quedarán restringidos a aquellos sectores que crezcan por arriba del 4%, es decir por encima del promedio de 2,7% de expansión económica que espera el gobierno para el próximo quinquenio.
Si la inflación se mantiene en los niveles actuales (8,41% a mayo) los aumentos reales serán, en el mejor de los casos, inferiores a 2% anual. En el peor de los casos, habrá pérdida salarial hasta que aplique el correctivo por inflación, que no será antes de los dos años de convenio.
En una muestra de mostrar «flexibilidad», el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, recordó que podía contemplar el «descuelgue» de los convenios para aquellos sectores más comprometidos.
Además se fijó un plazo máximo de 90 días para que empresarios y trabajadores lleguen a un acuerdo. Transcurrido ese plazo, se procederá a la votación, en una clara intención del gobierno de acelerar el proceso de negociación y evitar largos procesos como ocurrió en algunos rubros puntuales en rondas anteriores.
Distintas realidades
Entre junio y diciembre de este año caen el 45% de los convenios salariales que están vigentes. Salud, industria metalúrgica, bancos, restaurantes y hoteles, y la industria textil son algunos de los sectores más relevantes que deberán comenzar a renovar sus acuerdos en función de las distintas realidades que atraviesan y bajo los parámetros que fijó ayer el gobierno.
«Los lineamientos son los suficientemente flexibles como para hacer compatible los objetivos de la defensa de las fuentes de trabajo y del poder adquisitivo de los trabajadores y al mismo tiempo considerar la heterogeneidad de situaciones», aseguró Astori.
Las pautas del Ejecutivo sugieren ajustes salariales nominales en función de la realidad de cada sector. Aquellos más dinámicos (crecen por encima de 4% anual) se plantea elevar 10% los salarios el primer año, 9% el segundo y 8% el tercero. En tanto, para aquellas ramas menos dinámicas –que crecen por debajo del 4%–, los ajustes serán de 8,5 %, 7,5% y 7 %, respectivamente.
En tanto, el último escalón, según explicó Murro, está definidos para aquellos sectores con problemas, beneficiarios de subsidios del Estado, riesgos de empleo y de envíos al seguro de paro. Allí el Ejecutivo sugiere alzas salariales nominales sobre una base anual de 8% para el primer año, 6,5% para el segundo año y 6% para el tercero.
En tanto, para atender una «diferenciación» con los salarios más sumergidos, los lineamientos agregan un ajuste adicional de 3,5% para los salarios de entre $ 10 mil y $ 12 mil mensuales, y 2,5% para aquellos que están entre $ 12 mil y $ 14 mil. «En caso de ser necesario habrá flexibilidad en estos acuerdos atendiendo la heterogeneidad sectorial y, eventualmente con la fundamentación necesaria, se podrán atender casos que se presenten de eventuales descuelgues», anunció el ministro de Trabajo.
Por otro lado, Murro adelantó que habrá una promoción por parte del Ejecutivo de los incentivos por productividad. «Los incentivos serán a nivel de empresa, por conjunto de empresas, o por rama. Esto será decisión de las partes y en todos los casos deberá estar por encima de los mínimos establecidos para la rama de actividad», explicó. El funcionario dijo que los lineamientos del gobierno están en «consonancia» con la política liderada por el Ministerio de Economía de moderar la inflación en los próximos años.
«Si ustedes repasan estos números, todos están lanzando un mensaje de inflación descendente. Desde el primero al último. Es lo que esperamos y para lo cual estamos trabajando», añadió Astori.
Otra era
A partir de la reinstalación de la negociación colectiva en el ámbito de los Consejos de Salarios en 2005 cuando asumió la Presidencia Tabaré Vázquez, con Danilo Astori como ministro de Economía, el salario real del sector privado abandonó la caída que se venía produciendo desde el año 2000 y comenzó a crecer a tasas que alcanzaron máximos históricos en los últimos diez años.
Además del resurgimiento de la negociación tripartita, el dinamismo de la actividad económica del país y los niveles mínimos de desempleo a nivel histórico fueron los factores determinantes del impulso del salario real en el período considerado. En el promedio del año móvil a abril –medición que representa mejor la evolución tendencial– el salario de los trabajadores privados uruguayos descontando los efectos de la inflación, aumentó tres décimas de puntos porcentuales por encima de la media de los últimos diez años, lo que representó un incremento de 4,7% interanual, según los últimos datos del divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Aún así, en el análisis de corto plazo, en abril y marzo hubo una ralentización en la evolución de los salarios reales de los trabajadores privados, con un incremento de 4,5% y 3,5% respecto a igual mes del año anterior, respectivamente.
En tanto, desde comienzo de año la tasa de desempleo viene en aumento, ubicándose en abril en 8,1%, el mayor nivel en seis años dejando atrás los mínimos históricos, lo que presiona a la baja al salario real debido a una mayor oferta de empleo en el mercado laboral.
Uno de los factores que explica el deterioro en el mercado de trabajo es el bajo nivel –incluso caída– en la producción industrial ,que implica desde la reducción en la cantidad de horas de trabajo –que alcanzó en los primeros cuatro meses de 2015 el nivel más bajo de horas trabajadas en casi diez años–, hasta el cierre de algunas fábricas. En lo que va del año tres plantas industriales han cerrado sus puertas dejando sin trabajo cerca de 900 personas.
PIT-CNT : lineamientos son «absolutamente insuficientes
«En el PIT-CNT calificaron a los lineamientos dados a conocer por el gobierno como «absolutamente insuficientes». «Tiene vestigios de desindexación, por más que se lo quiera disfrazar de otra manera», dijo su vicepresidente José Lorenzo López a El Observador.
El sindicalista de COFE criticó que no se «contempla» una recuperación mayor de los salarios más deprimidos. Según él, «en el mejor de los casos» los 600 mil trabajadores que hoy ganan menos de $ 14 mil percibirían un aumento de $ 400.
El dirigente ve con buenos ojos que se discriminen sectores a la hora de determinar los ajustes pero tuvo reparos en su implementación.
«El problema es que la pauta es muy baja y el correctivo recién se plantea a los dos años, dejando un agujero en el medio muy complicado que puede llegar a ser una pérdida salarial muy importante», alertó. A esta posibilidad están más expuestos aquellos empleados de los sectores individualizados como más problemáticos (que envían trabajadores a seguro de paro o están subsidiados).
Por su parte, el secretario general de la central de trabajadores, Marcelo Abdala, sostuvo que «la fórmula tiene que tomar en cuenta el 100% del IPC, correctivos anuales, y puntos de recuperación o de crecimiento según lo que se negocie en cada rama de actividad».
Por otro lado, pese a que en un principio estaba previsto que el Consejo Superior Tripartito de Salario se reuniera en la tarde de ayer, finalmente esa reunión entre el gobierno, las cámaras y los trabajadores tendrá lugar hoy.
Fuente: Emilia Salaverría y Mayte De León
Fuente: El Observador