La Confederación Empresarial del Uruguay (Cedu), que reúne a los centros comerciales de todo el país, planteó que se adopten medidas rápidamente para ayudar a las empresas del interior del país que están sufriendo la competencia de los comercios de Brasil, a los que van compradores uruguayos, y una de ellas podría ser la rebaja del IVA o su exoneración para las compras realizadas con tarjetas de débito en los zonas más afectadas.
Cinco representantes de la gremial —que nuclea 24 centros comerciales, 8.000 empresarios y tres incubadoras de empresas— enfatizaron también la necesidad de que se rebaje el gasoil para de esa forma dinamizar la agricultura cuya suerte incide directamente en las ventas de los comercios, explicó a El País, Miguel Feris, presidente de la confederación.
Otra alternativa podría ser la instrumentación de rebajas impositivas para la compra de combustibles con tarjeta que ya dio buenos resultados, aseguró.
La semana próxima la gremial presentará la actualización de un estudio que encargó a la Universidad Católica que establece que en las zonas de frontera los precios del lado brasileño son al menos un 35% más baratos. Una primera versión de ese estudio indicó que las diferencias podían ser de hasta 74%. Esa primera entrega, de julio pasado, comparó los precios de Salto y Concordia (Argentina) y los de Artigas y Quaraí (Brasil). El informe muestra que un conjunto de 61 bienes en promedio resulta 29,53% más caro comprar en Salto que en Concordia. «Solamente cinco artículos de los 61 seleccionados resultan más baratos en Salto», resumió el informe. La diferencia de precios llega hasta 67%. A su vez, el conjunto de bienes seleccionados resulta 25,13% más caro en la ciudad de Artigas que en la de Quaraí, indicó el informe. En este caso, 89,4% de los productos relevados resultan más baratos en Quaraí que en Artigas. La diferencia de precios, entre estas dos localidades, alcanza un máximo de 74,8%.
Feris puso el ejemplo de lo que está ocurriendo en Bella Unión para ilustrar la situación. En esa ciudad de unos 16.000 habitantes, 1.000 están en el seguro de paro y en la próxima semana se sumarán otras 700 porque terminará la zafra de la caña de azúcar. En sus calles céntricas hay muchos comercios cerrados, señaló. «En Artigas hay cultivos de arroz, de sorgo, de caña de azúcar y allí la rebaja del gasoil podría incidir», señaló. El empresario agregó que hay un «parate» en el sector lechero y en la agricultura.
Otra ciudad muy afectada es Paysandú. Ya se pueden percibir retrasos en los pagos de las empresas a OSE, UTE y Antel, dijo Feris.
Los empresarios hicieron estos planteos ayer en el Parlamento al senador nacionalista Álvaro Delgado y quedaron en aportar más elementos de análisis en los próximos días a los legisladores. Feris aclaró que no están pidiendo una devaluación. «Pero la situación nos tiene preocupados porque se pierden empleos y tradición empresarial y pueden aparecer grandes focos de pobreza», señaló el empresario.
En Cerro Largo, los comerciantes también están muy afectados y han cerrado locales. Los 13 free shops que funcionan en las localidades de Río Branco y Aceguá debieron enviar a la mitad de su personal al seguro de paro. También en Cerro Largo los comerciantes están pidiendo algún tipo de medida tributaria que mejore en algo su competitividad frente a Brasil.
El dólar sube más en Brasil que en Uruguay.
Ayer el dólar en Brasil retrocedió 2% y terminó a 3,81 reales. En la plaza local el dólar a la venta perdió 20 centésimos y terminó a $29,80.
El dólar muestra una tendencia a apreciarse a nivel mundial. En la plaza local acumula un alza en lo que va del año de algo más del 20%, pero hay analistas que creen que la devaluación del peso debería acelerarse para que el país no pierda competitividad con Brasil donde el dólar trepó más.
El miércoles el billete verde había dado en Brasil el mayor salto diario en cuatro años (3,58%) y cerró a 3,8935 reales en un contexto de incertidumbre por la posibilidad de que la presidente Dilma Rousseff sea objeto de un juicio político. Brasil está en recesión. La calificadora de riesgo Standard & Poor’s le retiró el “grado inversor”.
Fuente: Diario El País
