LA LUPA EN EL TRABAJO
El crecimiento de la economía no asegura mejoras en el empleo, alerta la consultora PwC.
Cuando en marzo se conoció que la tasa de desempleo había registrado el mayor valor en casi 10 años (9%), muchos se preguntaron cómo podía ocurrir esto cuando, desde la segunda mitad del año pasado, la economía uruguaya había empezado a dar señales de recuperación.
Ayer, durante un evento sobre el mercado de trabajo, expertos de la consultora PwC destacaron que el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) de forma paralela a un descenso en el empleo no es un fenómeno reciente sino que se arrastra desde 2012.
Además, en diálogo con El País la senior manager de la firma, Mercedes Comas, indicó que hay firmes dudas acerca de si el dato del primer trimestre —cuando el desempleo llegó a 8,5% en todo el país— no se deteriorará en lo que resta de 2017 y también en 2018.
«Al igual de lo que ha ocurrido en los últimos años, las perspectivas de aumento del PIB no necesariamente deberían estar acompañadas de un incremento de los niveles de empleo», agregó la firma en un comunicado.
Una luz amarilla que se prendió es que el año pasado, por primera vez en años, se observó un aumento del empleo no registrado (llegó a 25,3% del total de ocupados), fenómeno que se repitió en los primeros meses de 2017. Junto a un incremento del subempleo y de la duración promedio de la desocupación, entre otros, esto «permite confirmar que el país dejó atrás una situación de pleno empleo», algo que experimentó entre 2010 y 2011.
El año pasado, de acuerdo a los análisis de PwC, hubo alrededor de 33.000 personas menos ocupadas en todo el país que en 2014, una caída de 2%. De todas maneras, esta baja es calificada como «moderada», pese al shock externo «muy adverso» con el que el país tuvo que lidiar en esos años.
Más allá de que sobre la mitad del año pasado varios indicadores económicos que se habían deteriorado empezaron a dar señales de mejora, todavía no se puede hablar de un crecimiento «vigoroso» o «sostenido», según el análisis de PwC. La situación de incertidumbre regional ayuda a esto.
PIB.
Según Comas, para entender por qué el mercado laboral ha tenido estos comportamientos es clave mirar cómo se ha expandido la actividad en Uruguay en los últimos años. Entre 2014 y 2016 la economía acumuló un incremento de 5,1% a precios constantes. Pero los mayores responsables de este crecimiento fueron dos sectores —comunicaciones y celulosa— que no son grandes demandantes de mano de obra.
Contrariamente, algunos de los sectores que más personas emplean han dejado puestos por el camino en los últimos años. Las industrias manufactureras —que en 2016 concentraron el 11% de los ocupados— perdieron 18.000 empleos entre 2012 y 2016, lo que marca una contracción de 17% en esos cinco años. Por su parte, la construcción —que el año pasado dio trabajo al 7% de los ocupados— tuvo en 2016 unos 23.000 ocupados menos que en 2012, una caída de 31%.
A esto se suma que en las industrias que en 2016 incrementaron su producción frente a 2008, el empleo subió en menor forma o incluso experimentó contracciones. A modo de ejemplo: en ese periodo la producción del sector alimentos y bebidas aumentó 13%, pero su empleo cayó 4%. En químicos, en tanto, el empleo no descendió (aumentó 25%), pero fue menor al incremento que registró la producción (63%).
Automatización.
A la hora de buscar explicaciones a por qué la dinámica de empleo se ha «despegado» de la expansión que tuvo la economía uruguaya en los últimos años —en 2016 acumuló 14 años consecutivos de crecimiento— Comas señaló que es una combinación de la incidencia de los avances tecnológicos y de la automatización de procesos en ciertos sectores, durante un periodo de «encarecimiento sensible» de la mano de obra.
En esta línea, se señala que hasta la crisis internacional que se desató en 2008 la evolución del salario en dólares en Uruguay era parecida a las de Brasil y Argentina, pero a partir de ese momento Uruguay se «despegó». En abril, por ejemplo, el salario en Uruguay medido en la moneda estadounidense fue 22% superior al mismo mes de 2016.
Esta «es una realidad que pesa en el sector exportador tanto de bienes como de servicios», subrayó el trabajo de PwC.
Fuente: Diario El País